Muerte a la COPE

La verdad es que la información, aunque a veces de miedo y te siente como una patada en los cojones, tiene un alto componente humorístico. Basta con escuchar a los paletos de la Ser o los de la COPE vomitando consignas electoralistas, con esos tertulianos provocadores y esos oyentes que uno no sabe si son figurantes o que diablos son. Subnormales como Jiménez Losantos, por poner un ejemplo al azar, consiguen día a día con sus chorradas dividir a la sociedad entre los que van con la ETA o los que van con la Al Qaeda, entre las víctimas que votan a fulano y las que lo hacen a mengano. Y así vamos. Los políticos y los periodistas se llenan la boca con la ETA, para que sólo se hable de la ETA,ETA para el desayuno el almuerzo y la cena, ahora que se destapan casos de corrupción por todos sitios, y que tener un trabajo decente y una vivienda en condiciones son casi un milagro. Que si el ácido bórico, que si la mochila, que si los moros-vascos y bla blu bli. Menuda chapa que dan los medios de comunicación, amenizando las mañanas y volviéndonos cada día más idiotas.