Pues sí, el joven
Luis Maria Ansón empezó como todos, con su recorta y pega, sus barras de pegamento y sus cuatro fotocopias mal grapadas donde escribía sus impresiones liberales sobre el mundo y alrededores. Con el tiempo, el fanzine se fue asentando y fue calando hondo en el ambiente conservador, y así el joven
Luís pudo contratar a unos monos del zoo de
Madrid para que le hicieran los artículos de opinión, las editoriales etc. Poco a poco fue profesionalizándose y dejando atrás los duros tiempos amateurs gracias a su tendencia a acostarse a diestro y siniestro con constructores y magnates y empresarios, llegando así la humilde publicación que
Luís repartía al salir de la misa en un
fanzine para toda la familia que hoy podemos encontrar en todos los kioskos de prensa de este bonito país que es
España.
8 comentarios:
No sé si con esto esperáis que me compre la razón por compañerismo, me considero fanzinero, o bien espráis que nadie compré fanzines para evitar futuros debacles mediaticos....jejeje
SAludos...muy bueno el post, si señor
Es un fanzine cojonudísimo.
Compralo.
portada a color. Fotomontajes. y 100%risas por 1€
y con una periodicidad que ya la querría el Tonterías del Rock...
Ya quisiera la Razón ser la mitad de dvertida que el tonterias del rock¡
Hacía tiempo que no leía algo de la Razón y es cierto que siempre te ríes. Acabo de ver en la portada de su web un chiste muy bueno que daría para una portada del TMEO: "Retención de líquidos en los aeropuertos".
Luego no desarrollan bien lo sugerido, pero ideas no les faltan nunca.
"Retención de líquidos"... pero qué ha sido eso... ¿un becario puteado?
Ya hace tiempo que en "La Razón" no está el Anson.
Se peleó con el bocazas de Planeta y se fue a "El Mundo".
Y "La Razón" ascendió: 90.000 ejemplares.
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Claro, eso demuestra que un fanzine sobrevive cuando alcanza el éxito y puede precindir de su fundador.
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