Por favor. Que no llegue la sangre al rio.

Parece que algunos comentarios que se hacen desde este, tu blog, no caen en saco roto.

Hace dos semanas que se publicaron estos post (1, 2),y se ha gastado mucha saliva en forma de bits por segundo tanto en este blog como en Con C de Arte (un saludo Pepo), con records de comentarios en un sentido y en otro.

Incluso parece que el autor ha hecho oreja de la polémica causada y se ve inmerso en una actitud autodestructiva que ninguno deseabamos.

Lo publicado en este blog era una simple opinión que no pretendía ir más allá de las tiras que se comentaban y no se quería hacer sangre de un autor que si está donde está será sin duda por sus propios meritos y porque se lo merece.

Seamos francos (que no franquistas). Vivimos en un país de hormigón y ladrillo y es mucho más fácil triunfar en la vida como soldador que como creativo.

Los puestos destinados a la gente que se gana la vida con su creatividad están más solicitados que los de una oposición al ministerio de manos caídas. Quien consigue llegar ahí, a lo alto, es porque se lo merece, porque es muy bueno o porque chupa culos como nadie, que también tiene su curro, para que negarlo.

Juanjo Saez, a juzgar por la página web en Construcción (volvemos al tema del ladrillo) que publicita en la mayoría de sus tiras, ha ganado concursos de campañas publicitarias. Y ¡ay amigo! Si una marca comercial se juega sus cuartos apoyando su producto en el trabajo de un dibujante, no voy a ser yo quien le niegue el talento, que donde hay euros no manda marineros.

Echando un vistazo al book disponible en la web de Saez, uno descubre que lo que hace mola. O sea que a mi me mola. Que para gustos están los sabores (que no los colores) y hay que reconocerle que tiene un estilo personal y resultón que funciona y que le han abierto puertas incluidas las del periódico de humor EL PAIS.

Pero eso no quita que sea susceptible de críticas y en mi opinión el proyecto de EL PAIS, de publicar una tira diaria se le ha quedado grande. Quizá nos ponen a cualquiera de nosotros en el mismo brete y nos ocurra exactamente lo mismo. Que no tengamos nada que contar. Que caigamos en la repetición. Que reproduzcamos tiras de otros en supuestos homenajes. O que hagamos chistes para los coleguitas y no para el público en general.

Joder, que hacer reír no es tan fácil y no todos disponemos de un equipo de creativos detrás para hacernos el trabajo más sencillo como Forges. Que me lo ha contado Puño y yo me creo todo lo que me cuenta Puño como aquello de la expresentadora del telediario que no viene a cuento ahora.

Desde aquí animamos a Juanjo a que siga esforzándose. Que seguro que luego nos da con sopas con ondas en los morros y nos hace tragarnos nuestras inocentes críticas. Que demuestre a los dinosaurios del chiste gráfico que hay una generación dispuesta a roerles los talones. Juanjo, eres nuestra esperanza.

Eso sí Juanjo. Antes de publicar tiras como ésta: chico, piénsatelo dos veces, que los domingos EL PAIS saca un millón de ejemplares y luego no hay quien te defienda.