3.7.07

La historia del Cretino. Volumen 3

Como ya sabéis todas la historia del Cretino, tras el estudio de los expertos y paleontebeólogos, se divide en cuatro eras hasta llegar al número actural.
La era que comprendió los números 1, 2 y 3, llamada era de los primeros pasos.
La del 4 y el 5 llamada era de la deriva al caos.
La del 6, el 7 y el 8, era de transición a la luz.
La que va desde el número 9 al actual, era "pisa el acelerador!"

Así que hoy hablando del Cretino 3 cerramos la primera era. El hecho primordial de este número fue la ausencia de Luis Barro, uno de los puntales principales del tebeo y su distribución. Pese a ello el Cretino continuó su andadura como por inercia, por arte de magia aún no se sabe si blanca o negra.


En nuestra labor de servicio público dedicamos varias páginas a ilustrar un folleto con los peligros del sexo para aquellos que lo practican en sus diversas variantes.


En aquellos tiempos en los que el Cretino era otra cosa ideológicamente éramos unos saltimbanquis y formalmente un barullo, un enorme cajón de sastre de 100 páginas en el que las colaboraciones más variopintas formaban un todo sin pies ni cabeza. Linea clara, linea guarra, solisombreo y punkarreo; al final nos quedamos los Cretinos y ahora si te fijas en la lista de colaboradores es curioso ver como de los 40 que éramos únicamente continúan cinco ( Jagoba, Galilea, Elvis Pérez, Roger y Ata) y los siete que componemos el núcleo duro del Cretino. La vida nos fue separando y como dice la canción...

...he mojado mis sábanas blancas recordándote, lolo lo lo ló.

Fue una época de recoger nuestros primeros premios, la mierda aquella que nos dieron en Expocomic, la primera y última vez que entré en el Pachá para recoger el premio, nuestras primeras nominaciones a Barcelona, los viajes locos, las caóticas reuniones para elegir las páginas publicadas y las ideas disparatadas para el regalo a incluir (condones caducados en este número), aquellas cuentas que nos echaba el de la imprenta Mayoral sobre la mesa, recuerdo con cariño subir 3.000 tebeos en cajas a un cuarto piso sin ascensor con el coche aparcado en doble fila para luego irlas bajando poco a poco unos días después a correos o a los bares, esos bares, las primeras salidas con Raiz para distribuir por los bares de Lavapiés, aunque de esto último me acuerdo más bien poco.
Se puede decir sin faltar a la verdad que todo ha cambiado menos esto:

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