Henri Grouès, llamado l’abbé Pierre (“el cura Pierre”), ardiente y valiente defensor de los sintecho murió hoy con 94 años de una infección pulmonaria.Icono militante a favor de los más desheredados, este pequeno cura de barba gris con su incondicional sotana fue un resistente activo durante la ocupación en Francia.
Ayudó y escondió a judíos. En 1943, apoyó y fue a encontrar en Alger al General Charles de Gaulle, en aquel entonces Jefe de la Francia libre.
Creó en 1949 el movimiento de los traperos de Emmaüs. De éste surgirán las comunidades de Emmaüs, redes de personas que, entre muchas otras actividades sociales, recuperan los bienes que la gente ya no quiere, acogen y ayudan a todos los que lo necesitan.
El abbé Pierre es conocido sobre todo por su llamamiento durante el invierno de 1954. Este año el invierno es durísimo, hace hasta -15°C en París y -30°C en Alsacia. Los hospitales y centros de acogida están completos. Una mujer expulsada, sin techo, muere de frío por la calle. Muchos otros morirán. Pero tras esta muerte, por Radio-Luxemburgo, frente al desastre humano que se perfila, el abbé Pierre suelta una vibrante llamada de socorro y pide a la gente ayuda física y material. Y pasa algo increíble, lo que el propio abbé llamará después la “insurrección de la bondad”: por toda Francia la gente se moviliza, los impulsos de generosidad se multiplican. Dinero, comida, ropa, zapatos, mantas, calefacciones son enviados masivamente. Aunque insuficientes, el gobierno tambien toma medidas. Este movimiento de solidaridad fue único en Francia.
A lo largo de su vida, el abbé Pierre multiplicó sus intervenciones indignadas. Sus discursos, verdaderos gritos contra las injusticias y la exclusión, dejaron importantes huellas en la actualidad socio-política francesa. Comprometido y de una inmensa generosidad, luchó hasta el final contra la precaridad. Dio prueba de un fuerte espiritu de revuelta contra la miseria y el sufrimiento ajeno.
Mas de 50 años después del invierno de 1954, su combate a favor de los mal-alojados, entre muchos otros, sigue igual de actual. La especulación inmobiliaria es cada vez mas fuerte, el numero de viviendas sociales sigue insuficiente, siguen durmiendo en tiendas iglú los sintecho en el canal Saint-Martin y por toda Francia, etc.
Y mientras tanto, mientras tantito, el Sarkozy se pavoneó en su entronización a 3,5 millones de euros y la Royal se lució entre mil rosas en la sede del PS...
Francia acaba de perder a un grande, y a mi me jode.
Fuentes: Le Monde, Libération etc.