Hace unos días me regalaron este bonito libro que me hizo mucha ilusión.
Mi sorpresa vino al leer en la contraportada:
"Don y Doña Cretino son una pareja de viejos malvados y ruines que conviven juntos dedicándose a gastarse bromas pesadas y de mal gusto permanentemente el uno al otro. Odian a los niños y se odian entre ellos. Su plato favorito es el pastel de pájaros a los que cazan embadurnando de cola las ramas del árbol de su destartalado jardín para que los pobres pajarillos se queden pegados. También tienen una familia de monos enjaulados a los que martirizan haciéndolos permanecer cabeza abajo permanentemente.
Así las cosas hasta que un día pagarán todas sus fechorías merced a un plan urdido por sus víctimas: los monos y los pájaros.
En este cuento Dahl despliega todo un repertorio de situaciones bordeando en ocasiones la frontera con lo escatológico. Tal vez sean estas licencias contra el buen gusto, lo que motive a algunos críticos puritanos a acusar de cruel en algunos planteamientos a nuestro autor. No obstante él conoce a los niños y es sabedor de que aquello con ciertas dosis de inmundicia y cierto olor a podrido, tiene un atractivo especial para ellos. A su éxito con el público infantil me remito."
Y es que, queridos lectores, parece que no nos quitamos el Sambenito de encima.
No se de dónde se habrán sacado aquellos que nos reseñan lo de que somos unos punkies antisistema amigos de lo prohibido. Pero lo del señor Dahl tiene delito. nos llama malvados y Ruines. Dice que odiamos a los niños, que nos odiamos entre nosotros y que martirizamos a los animales.
¿pero de que va este tio?. ¿tenemos pinta de eso acaso?Si es señor Roald Dahl levantara la cabeza habría de reconocer a qué altura hemos levantado el concepto cretino, cómo hemos llevado la cretinidad a las más altas cotas de popularidad y cómo, hoy en día, ser un cretino es un orgullo. Sí, Roald Dahl debería comerse sus palabras o, mejor dicho, su libro y pedirnos disculpas.
Pero como en Cretino somos un poco excépticos en lo relativo al más allá, nos contentaremos con una disculpa formal por parte de los herederos del señor Dahl.
Lo cortés no quita lo valiente.
3 comentarios:
A Roald Dahl le gustaría el Cretino.
Es Quentin Blake el ilustrador? Vamos, tiene tolapinta...
Correcto, pero no me interrumpas que estaba hablando yo.
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