1.8.06

Larga vida al LARGA VIDA


Hace unas semanas nuestros queridos amigos de titirilandia, como se empeñan en denominarlos nuestros otros amigos de la secta del apocalipsis nacional, se lanzaron a la calle, tras dos años de letargo, para protestar por el posible cierre del teatro Albeniz y su reconversión en un centro comercial que, como todos es sabido, son mucho más populares entre la ciudadanía, o al menos se visitan más. Este cierre es posible gracias a una reordenación urbanística de esas que tanto gusta hacer a los buitres que nos gobiernan que ha permitido que el teatro Albeniz pierda la categoría de edificio protegido. Momento que han aprovechado los antiguos dueños para venderlo a una constructora que sabe mucho más que los actores de lo que puede valer un metro cuadrado a escasos metros del kilómetro cero.
Cuando me enteré de la noticia no pude evitar hacer un simil con una situación parecida que vive uno de los bares cretinos.
El Larga vida, uno de los bares emblemáticos de Vicalvarrock que lleva más de 15 años siendo el punto de referencia de muchos rockeros del barrio, vive una situación similar al del Teatro Albeniz.
El dueño del inmueble lo ha vendido a una Constructora que por lo que parece tiene mucha prisa en demoler el edificio y levantar unos bonitos pisos de calidades superiores, ático y trasteros al módico precio de un riñon y parte del otro a pagar en incómodos plazos hasta que tengas nietos. Y a la constructora le da igual el contrato que Juanjo, el dueño del Larga Vida, tiene firmado con el antiguo propietario que le da derecho a mantener el bar al menos por 3 o 4 años más. Quieren echarlo ya y encima sin indemnizarle por quitarle su medio de vida, su curro, su casa y su sueño. Acabar de un plumazo con uno de los bares más genuinos que conozco.
Lo que para la constructora es un mero trámite de los que tienen a cientos y que habilmente gestionan sus abogados y auxiliares administrativos, para Juanjo no deja de ser un quebradero de cabeza, un meterse en gestiones y papeleos que no necesitaba hacer y en definitiva un desconsuelo.
Al final será un juez quién dictamine si vale más el curro de toda una vida de una persona o el hormigón.
No pido a los titiriteros que se manifiesten para evitar el cierre del LARGA VIDA, ni siquiera os lo pido a vosotros. Eso sí. Si quereis tomaros unas cervezas a ritmo de Rock, en agradable compañía y filisofando sobre el devenir de la vida y la de hijosputas que andan sueltos, el LARGA VIDA es vuestro Bar. Hasta Octubre teneis tiempo.

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