No estaba muerto, que estaba de parranda psicodélica.
El 29 de abril las espichó, a los 102 años de viejo, el Albert Hoffman (el creador de los tripis), y entre pitos y flautas se me pasó avisarlo por aquí.
Dejo este humilde pin-up a modo de homenaje al mayor inventor del siglo veintes.
Qué grande... Tantos fines de semana de estatuas sacándonos la lengua, extraños resplandores azules alrededor de las manos y descojones generalizados (más que nada porque siempre tuvimos la suerte de saber que nada era real)...
Va por usted, doctor hoffman! Y por la dietilamida del ácido lisérgico!
Me parto con la dedicatoria...
ResponderEliminarsolo una puntilla, el bueno de Jim hace 18 años que no está con nosotros... :(
Qué grande... Tantos fines de semana de estatuas sacándonos la lengua, extraños resplandores azules alrededor de las manos y descojones generalizados (más que nada porque siempre tuvimos la suerte de saber que nada era real)...
ResponderEliminarVa por usted, doctor hoffman! Y por la dietilamida del ácido lisérgico!
Ese resplandor me recuerda a la nocilla aquella de colores hecha de mantequilla. Todo muy hofman.
ResponderEliminarbuenisimo el jardin chichodelico!! el hipno-sapo se sale!!jajajaja
ResponderEliminares muy guapo, pero como que, haciéndolo moli, da la sensación de que tenga que venir con botones, sustos y animaciones ocultas...
ResponderEliminarpincha en las letras de Hofman de atrás para adelante y verás!!!
ResponderEliminarPues no sería tan bueno su LSD cuando murió de ataque al corazón!!! (ejem... con 102 años, pero quién dice que no fue de las drogas?)
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